El recibo no subirá el 6% previsto
si Industria hubiera aplicado el alza de la energía
El Gobierno ha decidido congelar el recibo de la luz en octubre, cuando tocaba la siguiente revisión, han confirmado fuentes gubernamentales. Y ello pese a que de la subasta de la energía con que se suministra la luz a más 20 millones de hogares y pequeñas empresas se desprendió ayer, martes, que el recibo debía subir en torno a un 5,9%. El Ejecutivo evita así tomar una medida impopular a menos de dos meses de las elecciones generales.
Esta subasta es solo la mitad de la factura de la electricidad. La otra mitad la conforman básicamente los conocidos como peajes o tarifas de acceso, que es la parte del recibo con que se pagan conceptos como las primas a las renovables o el mantenimiento de las redes de transporte y distribución. Este segundo elemento lo fija el Ministerio de Industria, que le va a aplicar una rebaja proporcional al encarecimiento de la energía, de manera que el recibo quede finalmente congelado.
Pero hay un riego
La medida tiene el riesgo de incrementar el ya abultado déficit de tarifa: la diferencia entre los costes que le supone a las distribuidoras eléctricas prestar el servicio y la remuneración que reciben por ello, que se paga mediante recargos en los recibos de los años posteriores.
Este desfase ascendía al cierre de agosto a 22.392 millones de euros, pero el Gobierno sostiene que ha encontrado fórmulas para que no se desboque a causa de la congelación del recibo.
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