De abuelitos, sí, pero vale la pena verlo, no para comparar, porque las comparaciones siempre son odiosas, pero sí para apreciar el ‘arte’ de verdad de los llamados artistas de cine.
Bob Hope tenia 52 y James Cagney 56. En el caso de estos dos actores, solo se trata de un entretenimiento dentro de sus carreras como profesionales de la escena y del cine, pero que muestran su enorme talento, ya que Hope era el mejor de los comediantes y Cagney el típico tipo malo, el gangster habitual de las películas.
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