El error en la construcción del sumergible,
valorado en más
de 500 millones de euros,
retrasa dos años la entrega de la nave
Defensa estudia invertir ahora 30 millones
en alargar la
vida operativa del 'Tramontana',
que debía ser dado de baja en el 2016
El submarino S-81 'Isaac Peral', el primero de una serie de cuatro
sumergibles de la serie
S-80 que el astillero público Navantia construye para la Armada española, no estará acabado para marzo del 2015.
La moderna nave, que tiene un presupuesto de más de 500 millones de euros, tiene un exceso de peso de entre 70 y 100 toneladas. Arreglarlo supondrá un retraso de entre 12 y 24 meses y un incremento del
ya abultado presupuesto.
Según ha explicado Navantia, en una
revisión técnica se han detectado "algunas desviaciones relacionadas con
el balance de pesos del submarino". Este exceso de peso –que pone en
peligro la flotabilidad de la nave y la posibilidad de emerger-- ha obligado a realizar nuevas pruebas
para valorar "con detalle" el alcance de las desviaciones y "los
posibles trabajos de ingeniería requeridos para corregirlo". Para ello,
contará con el asesoramiento de "un socio tecnológico, cuyo diagnóstico
será fundamental para evaluar las posibles soluciones".
Diversas
fuentes apuntan a dos posibles soluciones; reducir el peso o alargar la eslora.
Esta última opción supondría un sobrecoste de más de siete millones de euros
por cada metro alargado.
CUATRO SUBMARINOS POR 2.200 MILLONES
La construcción del S-81 es el
primer submarino que Navantia construye en solitario ya que antes coproducía
los sumergibles con el astillero francés DNC. El Ministerio de Defensa le ha
adjudicado la construcción de cuatro submarinos de la serie S-80 (el S-81, el S-82, el
S-83 y el S-84) por un importe de 2.200 millones de euros.
El retraso en la entrega de los
sumergibles obligará "probablemente" a Defensa a prolongar la vida
operativa de su flota de
submarinos S-70 más allá
de lo inicialmente previsto, para conseguir una transición adecuada. Fuentes
del Departamento que dirige Pedro Morenés han
indicado que "probablemente" tenga que someterse al submarino
'Tramontana' a otra gran carena, un proceso de revisión completa que permitiría
alargar su vida operativa cinco años. La gran carena, que también haría
Navantia, costaría unos 30 millones de euros, un
desembolso que está pendiente de autorización por el Ministerio de Hacienda.
Esta revisión consiste en desarmar el sumergible y volverlo a montar, cambiando
todos los elementos y equipos que se encuentren en mal estado.
www.laprensamagazine.cat
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