Por Santi Villa
Conseller de Territori i Sostenibilitat
Publicado en El Periódico de Cataluña
Vaticinaban que el catalanismo no
sería capaz de acordar una pregunta inclusiva para la consulta y ya la tenemos.
Nos acusan de querer levantar fronteras y de ser provincianos y cuando la alta
velocidad conecta por fin Barcelona y París, las instituciones catalanas
proclamamos únicamente que nuestro mundo es el mundo, que nos satisface mejorar
la oferta de conexiones ferrovarias que tienen que hacer posible que nuestros
conciudadanos sienta como propio lo que pasa en Montpellier, Lyón, Toulouse o
Marsella.
Sus miedos y sus oportunidades sabemos que son también los
nuestros. Como nuestros son los suyos. Como lo son los de los ciudadanos que
viven en Zaragoza, Valencia o Madrid. Acusan al catalanismo de nacionalista y
excluyente, y, en cambio, la Nit de les Lletres Catalanes que
organiza Òmnium Cultural premia sin matices la independencia de criterio y el
rigor de Jordi Évole, un
periodista catalán que triunfa en castellano, que no es nacionalista, ni
independentista, ni nadie le pide que lo sea. Nos acusan de radicales y el president no se cansa de apelar a la concordia,
al diálogo, al respeto a las leyes.
Cansados de desaires y de
incomprensiones, una gran mayoría de catalanes, que seguimos amando a España y
a los españoles, estamos decididos a dotarnos de un Estado propio y, llegado el
caso, a constituirnos como un Estado independiente.
Visto lo visto, permítanme
que incluso yo, siempre crítico con nuestras propias posiciones y esquivo ante
los dogmáticos y los guardianes de la ortodoxia patria, por una vez confiese
que me siento orgulloso de presumir de ser catalán.
www.laprensamagazine.cat
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