El presidente de la firma catalana de cava arremete
en Sevilla contra las "aventuras que no se entienden",
siendo el conferenciante más apaludido
El presidente de Freixenet, Josep Lluís
Bonet, fue uno de los
directivos más aplaudidos este martes en el congreso anual de la Confederación
Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), al reivindicar la españolidad de su firma y asegurar que la suya es
una empresa "familiar catalana, y por tanto española".
Bonet, que será elegido en breve presidente
de la Cámara de Comercio de España, intervino en un debate acerca de los retos
de las empresas en un mundo globalizado, durante la cual apuntó que España
"llegó tarde a la globalización" porque durante mucho tiempo se vivió
instalado en la idea de que "fuera no había nada, y de aquí no salía
nadie". La crisis ha cambiado las cosas, asegura, y ahora "las
empresas que quedan dicen que o salen o mueren".
En este punto, Bonet
hizo una encendida defensa de la empresa como "pieza clave
del sistema y del orden establecido", por lo que no es entendible que se
las ataque, y consideró que España "tiene afirmarse frente a aventuras que
no se entienden". Y consideró que la externalización "es la gran
oportunidad de España en este momento", asegurando que "el cambio de
actitud lleva a que la adaptación a la globalización sea estructural".
Por eso, aventuró que los jóvenes deberán
apuntar en esa dirección, ya que para esas empresas que externalizan harán
falta "jóvenes preparados pero que aún no se han plantead que tendrán que
ir a conquistar el mundo". "Cuando oigo lo de la fuga de cerebros no
me gusta", apostilló, "los jóvenes deben salir uno o dos años para
hacer su formación, tener conocimientos, idiomas y un sentido cosmopolita, y
eso es lo que vamos a tener en el futuro".
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