Considera que la expresidenta madrileña no cometió un delito de desobediencia al no seguir las órdenes de los agentes de movilidad que le dieron el alto.
Esperanza Aguirre no cometió
ningún delito cuando
huyó de los agentes
de movilidad en la Gran Vía de Madrid el pasado mes de
abril cuando estacionó su vehículo particular en un carril bus,
según un auto judicial conocido este martes.
El
juez Carlos del Valle reitera los mismos argumentos que fueron rechazados por
la Audiencia de Madrid que le obligó a investigar la posible comisión de un
delito de desobediencia
porque la dirigente popular no siguió las órdenes de los
agentes de movilidad.
El
magistrado recoge en su resolución la versión ofrecida por los agentes de
movilidad y de la policía municipal que participaron en los hechos. Estos
ratificaron en el juzgado que dieron el alto a la política conservadora y que
incluso la persiguieron con las luces encendidas del vehículo policial hasta su
domicilio. Sin embargo, Aguirre ha negado que escuchara la orden de alto y
alegó que se marchó del lugar porque temía que le pasara algo al ser "una
persona pública".
El
magistrado da plena credibilidad a la política porque "no se dio cuenta de
que le daban el alto". Por ello, niega que haya cometido algún delito por
esta actuación. Y limita estos hechos a una falta administrativa. No obstante,
no deja de ser curioso que en la mayoría de casos la opinión de un agente, y no
digamos de más de uno a la vez, tiene presunción de veracidad, pero en esta
ocasión la opinión de los agentes no vale para nada.
Con
el archivo de esta causa, se allana de momento la vuelta de Aguirre a la
primera línea de la escena política.
www.laprensamagazine.cat
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