A los más
soberanistas más optimistas les parecerá algo lejano y, a otros, un imposible.
Sea como fuere, ERC realizó ayer
un movimiento táctico por si alguna vez se constituye una mesa negociadora que dilucide como se
dividen las propiedades y las deudas
entre España (o lo que quedase de ella) y Catalunya. Hasta ahora han sido pocas las voces políticas que se
han acercado a semejante campos de espinas, y las pocas que lo han hecho han
dado una serie de cifras realistas, como resultado final, pero pésimas como
números de partida en ese presunto cara a cara con España.
El propio Oriol Junqueras, en campaña, se había
referido al asunto, precisamente para demostrar la viabilidad del estado
catalán. Así, Junqueras se acostumbraba a poner en el peor de los escenarios,
el que otorgaría a Catalunya un porcentaje
igual de deuda del Reino de España al de su aportación fiscal, casi el 20%.
Tomando en cuenta que la deuda de España es de un billón de euros, eso
significaría 200.000 millones €. Alguna vez, el propio Junqueras había expuesto que, a lo
mejor, la cifra que se debería atribuir a las arcas del eventual estado catalán
sería el de la inversión del Estado en
la comunidad en los últimos 30 años, sobre un 10% del total español. Es decir,
100.000 millones €.
La Fundació Irla, este miércoles, ha ido un paso más allá. Y merced a
un cambio de metodología, ha rebajado la cifra a una horquilla de entre 29.000 y 85.000 millones €. ¿En qué
consiste esa nueva metodología? En cuantificar los activos del Estado en
Catalunya que deberían traspasarse y ajustarles un precio, en base a la
liquidación de las cuentas del reino de España del 2013. "En Catalunya el
Estado tiene 1.000 edificios" señaló uno de los expertos que han hecho el
estudio, Jordi Angusto,
"por los 10.000 que" posee, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana.
Es decir, el montante total sale bajo porque hay poca presencia e inversión en
Catalunya. De hecho, uno de los motivos, en sí mismos, de la pulsión
independentista. Nota al pie: no se trata de una metodología inventada por la
ocasión. Se trata del método de cálculo
Bélanger-Campeau de traspaso simultáneo de activos y pasivos, el mismo
que se planteó entre Canadá y Quebec en
1995 por si el 'sí' hubiera ganado el referéndum independentista
celebrado en la provincia francófona.
Según el
estudio, que además de Angusto firman también Marcel Coderch (uno de los expertos que ERC puso en el Govern) y Gemma Pons, los activos del Estado en
Catalunya alcanzan los 58.000 millones de
euros: 20.000 son activos materiales (edificios estatales y vías del tren, por
ejemplo) y 38.000 son inmateriales
(empresas públicas como Adif y Renfe). Al tener el Estado una situación
patrimonial "muy negativa", de hecho, todo "un agujero",
dijo Angusto, ERC considera que, si Catalunya se quedara con el total de los
58.000 millones en activos del Estado en la comunidad, debería asumir a cambio
una deuda estatal de 85.000 millones. La proporción entre los 58.000 y los
85.000 es la misma que entre el total de activos de España y su deuda.
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