Ni
el oro, ni el cacao, ni el oro. La materia prima que
más ha elevado su
precio en 2019 es la carne de cerdo.
Y
el motivo tiene nombre y apellidos: la República Popular China. Según el
gobierno, necesitan 10 millones de
toneladas de carne de cerdo y, sencillamente, el mundo no tiene una carnicería
lo suficiente grande como para surtirla de alimentos.
China
lleva unos meses muy afectada por una epidemia de peste porcina que, según las
estimaciones más fiables, ha acabado con la mitad de todos los cerdos del pais
y ha disparado los precios
mayoristas más de un 70%. Ante esto el Gobierno quiere que el sector
agropecuario nacional produzca más, pero ganaderos y empresarios no quieren
invertir en lechones y cerdas de cría ante el miedo de que la peste acabe, de
una vez por todas, con su negocio.
¿La solución? Ir a lo grande. Los productores están tratando de engordar los
cerdos que ya tienen todo lo posible. Así, en el sur de China, se están
criando cerdos con el peso de osos polares.
La época
de oro de los cerdos gigantes
La situación será "extremadamente severa"
hasta, por lo menos, la primavera de 2020,
Esas al menos son las previsiones que maneja el Gobierno Chino según el
viceprimer ministro del ramo, mientras trata de incentivar a los productores
para aumentar la producción.
El
objetivo, según Lin Guofa, analista senior de la consultora Bric
Agriculture Group, está en elevar
el peso del cerdo a la hora del sacrificio en al menos un 14%. Según sus
cálculos, aumentar el peso promedio de los cerdos en el sacrificio hasta los
140 kilogramos (frente a los 110 kilogramos normales) podría aumentar las ganancias en más del 30% para
los productores y ayudar a suavizar la escalada de precios del cerdo chino.
Pero,
como consecuencia, también se están favoreciendo el boom de subespecies de
cerdo de un tamaño desproporcionado. En el sur de China, por ejemplo, se están criando cerdos de más de 500
kilos. Animales que, en el momento del sacrificio pueden valer más de
1300 dólares (tres veces el sueldo mensual medio de la zona donde se crían).
Cuando
hablamos de epidemias, tenemos cierta tendencia a pensar en enfermedades que
nos afectan directamente a nosotros, pero casos como el chino muestran como una
simple enfermedad fuera de control puede obligar a reordenar la mayor industria alimentaria del planeta y
hacernos desarrollar subespecies animales casi enteramente nuevas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario