El inminente embargo judicial de los bienes de Joan Laporta y siete exdirectivos el día 30 por valor de 23,2 millones de euros si no presentan un aval por esa cantidad ha desatado una tormenta que todos los actores más o menos involucrados desean apaciguar. De momento, se ha consensuado una tregua para hallar un acuerdo.
El entrenador, el menos afectado del problema, dio el primer paso con una llamada a la reconciliación acompañada de un emotivo respaldo a Laporta. La intervención del técnico, que levantó ampollas entre los allegados de Sandro Rosell, logró que la junta actual -o al, menos, una parte-revise su intransigente postura y medite la búsqueda de una solución. Laporta ha frenado su impulso de seguir atacando al presidente por lo que considera una campaña de descrédito en su contra.
Laporta canceló ayer una entrevista y se ha impuesto unas jornadas de silencio. Por prudencia y por estrategia. Intuye que la intervención de Guardiola ha abierto un resquicio de esperanza que puede conocer un segundo capítulo los próximos días.
Guardiola y Rosell volverán a encontrarse para discutir sobre el asunto que afecta a Laporta y, en alguna medida, a la institución.www.laprensamagazine.cat
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