Es una imagen habitual de de muchos pueblos y ciudades: los turistas que pasean por la calle son interceptados por relaciones públicas que les invitan a pasar a establecimientos cercanos para comer o comprar algo. De hecho, este tipo de actividad se ha incrementado en los últimos tiempos debido a la necesidad que tienen algunos comercios y establecimientos hosteleros de aumentar su número de clientes debido a la crisis.
Pero esta imagen se va a acabar en un futuro, al menos en el típico pueblo de Mijas, ya que el Ayuntamiento de esa población trabaja en la revisión de la Ordenanza de Vía Pública en la que se prohibirá esta actividad, por lo que se establecerán sanciones de hasta tres mil euros para los relaciones públicas o "pescadores", como son conocidos en el municipio, y los propietarios de los negocios. En este sentido, desde el Consistorio se indicó que la nueva ordenanza municipal será llevada en breve a pleno y que también se estudia la posibilidad de sancionar con la pérdida de la licencia a aquellos negocios que incumplan este futuro artículo.
El concejal de Vía Pública informó de que “a través de esta prohibición se pretende que los turistas que visiten el municipio lo hagan de una forma tranquila sin sufrir el acoso de personas que quieren hacer negocio". De hecho explicó que estos "pescadores" en ocasiones no muestran la amabilidad suficiente por lo que la imagen turística del municipio puede resultar dañada, ya que este tipo de contactos comerciales han suscitado críticas por parte de los visitantes.
Quizás sea una medida a tener en cuenta en otras poblaciones en las que comienza a proliferar esta mala costumbre de asediar al paseante para atraerlo a un establecimiento determinado forzando su voluntad.
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