El precio de la luz sigue subiendo más
en España que en la media europea
La frase de "apaga la luz" sirve de poco
cuando cada
2 meses SIN DARLE AL INTERRUPTOR pagamos 60€.
Pero, claro: Hay que pagarlos sueldos multimillonarios de todos
los ex - políticos enchufados en las compañías de energía.
La factura de la luz supone un quebradero de cabeza para más de un ciudadano desde hace tiempo.
Pero este año ha sido especialmente duro para muchos que han entrado en la
denominada pobreza energética al
no poder hacer frente a sus gastos.
Durante meses se han cruzado noticias que apuntaban a subidas y bajadas. Y para acrecentar
la confusión, el recibo se ha convertido en un galimatías.
El sector eléctrico ha sufrido un profundo proceso de transformación desde 1997,
año en el que fue liberalizado, para reducir el peso de la Administración en la
gestión e intervención de los precios.
En los últimos años el desarrollo normativo se ha intensificado, y la industria ha
pasado por un largo camino de reformas encaminadas, según el Gobierno actual, a
dotar de una mejor estructura al
sistema, adecuar los precios al consumidor y reducir el déficit de tarifa,
producido al no cubrirse los costes de producción de las compañías con la
factura de sus clientes.
El resultado parece que no está contentando a todos.
La oficina estadística de la Comisión Europea, Eurostat, acaba de publicar un
informe en el que sitúa a España como
el cuarto país más caro en electricidad y gas en Europa; solo superado
por Dinamarca, Alemania e Irlanda.
Según Eurostat, el precio de la luz se incrementó un
4,1% en el segundo semestre de 2014 sobre el mismo periodo del año anterior.
Los ciudadanos de la Unión Europea han
soportado un incremento medio del 2,9%, y los que se circunscriben en la
zona euro, del 2,7%.
De acuerdo con la oficina estadística de la Comisión,
los hogares españoles se gastan unos
23,7 euros por cada 100 kilovatios hora (kW/h) de electricidad, frente a
la media de 20,8 euros de la UE.
El ascenso del gas en España fue incluso superior al
de la luz, al situarse en el 7,5%.
Fue la segunda subida más acusada de Europa, solo por detrás de la registrada
en Portugal, que fue del 11,4%.
En cuanto al coste por hogar, se desembolsaron unos 10,5 euros por cada 100 kW/h de gas,
a diferencia de los 7,2 euros que hicieron los ciudadanos europeos.
La Asociación Española de la Industria Eléctrica,
Unesa, asegura que el coste del suministro energético solo supone el 39% de la factura; el resto
se refiere a impuestos.
En breve, por
horas
Si eran pocos los que podrían tener dominada la factura
energética, a partir del próximo 1 de
julio puede que tengan que volver a un nuevo proceso de aprendizaje.
A partir de esa fecha, comenzará a funcionar el nuevo
sistema de facturación por horas, que
se aprobó hace más de un año, pero que ha sufrido un proceso de retraso
para su aplicación. No obstante, las empresas tendrán un periodo de adaptación
hasta el 1 de octubre.
Este sistema será efectivo en los usuarios que
dispongan de contador inteligente, o digital, y estén acogidos a la tarifa
oficial. El sector estima que dicho
contador se ha instalado ya a más de 10 millones de clientes.
La facturación por horas recogerá el precio que tiene
la luz en cada momento del día dentro del mercado mayorista. Así, el usuario conocerá en cada momento el coste
energético y podrá adecuar su consumo a la nueva estructura para
conseguir el mayor ahorro posible.
Por lo general, los precios más bajos se centran en las horas de menos demanda
(por la noche a partir de las 00.00 horas y hasta el mediodía), mientras que
los más altos se alcanzan cuando hay más consumo (tarde y noche hasta las
23.00 horas).
Además de este sistema de tarifa, los consumidores
pueden contratar, si lo prefieren, el
servicio en el mercado libre u optar por un precio fijo anual, dos
opciones que, según el Ministerio de Industria, resultarán más caros que el
procedimiento regulado por horas.
Claves para
entender el recibo
Forma. Aunque cada compañía tiene un diseño propio de facturación, todas
mantienen, en líneas generales, la misma estructura. Puede recibir un solo impreso
donde figuran el concepto y las cantidades de pago o varios con información más
exhaustiva.
Datos. En la parte de arriba figuran las referencias personales del cliente, como
su dirección o su cuenta bancaria, así como el periodo de facturación, y las
del propio contrato.
Facturación. Las compañías incluyen un resumen del coste del servicio contratado,
junto con el IVA y otros impuestos.
Historial. Suele utilizarse un gráfico de barras para mostrar al cliente cómo ha
evolucionado su gasto medio en el último año. Algunos recibos añaden una
estimación del consumo diario.
Lectura. Puede haber dos tipos de lectura en la factura: la real y la estimada. La
primera es la que ha leído la compañía en el contador correspondiente. La
segunda, se calcula con el consumo histórico. Posteriormente, cuando se lea el
contador se corrigen las diferencias.
Tarifa. En la información de interés puede aparece el tipo de tarifa que ha contratado
y por la que paga. Puede ser fija, de discriminación horaria, libre o de precio
voluntario al pequeño consumidor.
Contacto. Son los datos de atención al cliente.
www.laprensamagazine.cat
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